Los problemas logísticos de la maternidad - Dos Rayitas

Los problemas logísticos de la maternidad

Este fin de semana no nos hemos podido escapar a ningún sitio. EPDLC está en plena evaluación, así que el sábado lo dedicó enteramente a corregir exámenes. Estuvo buena parte del día solito porque A y yo nos fuimos a comer con unos amigos míos de la facultad a los que hacía bastante que no veía. Pero, vamos, como si nos hubiéramos visto ayer. Nos pusimos al día, recordamos anécdotas, nos reímos mucho, jugamos con el peque y… ¡nos enteramos de que hay bodorrio a la vista! ¡Qué bien!

Vamos, que pasamos un rato estupendo, aunque echamos mucho de menos a EPDLC, que se tuvo que enterar de la gran noticia por foto. Pero en este post os quiero contar lo que pasó unos días antes, cuando estábamos decidiendo el sitio para quedar. Lo hago como una mera observación de cómo te cambian las cosas cuando tienes un hijo (también en cuestiones logísticas) y no como un reproche, ni nada por el estilo. Les entiendo muy bien porque hasta hace unos meses a mí estas cosas ni se me pasaban por la cabeza. Y es que ser la primera madre en un grupo… tiene su aquel.

Pizarra en la que está escrito plan a (tachado) y plan b.Nosotros somos más diurnos que nocturnos, pero las salidas a cenar… ¡que no falten faltaran! Con estos amigos casi siempre quedábamos por Madrid para cenar en algún restaurante americano porque, la verdad, cada uno tiene unos horarios y era el mejor momento para vernos. Un viernes, un sábado, un jueves, según se terciara. Ya os he dicho que yo antes de tener a A ya era consciente de que mi vida iba a cambiar mucho, pero no tanto. Así que pensaba que a estas quedadas no podría ir de continuo, pero que hombre… a alguna iríamos los tres. Ahora, la verdad, lo veo difícil. A las 22.30 el niño está mega acostado y sus padres con un sueño que te mueres. Así que cuando el otro día me plantearon quedar después de un espectáculo que tenía uno de mis amigos no pude más que echarme a reír y rajarme.

Al final otros tampoco podían y, con el fin de que nos pudiéramos juntar todos, dijeron de quedar el sábado para comer. Por un lado me puse muy contenta, pero por otro… me sentí como una rémora, como la que les obligaba a cambiar sus planes. No sé si me entendéis. Y eso que yo en este tema soy bastante práctica: decidid plan y yo si puedo me uno. Y no al revés. Pero sabía que, aunque fueran ellos quienes decidieran, era yo quien ‘obligaba’ a que quedaran para comer.

La cosa fue a peor porque después de elegir día llegó el momento de decidir lugar. Casi siempre quedamos por la zona norte (nosotros vivimos en el sur) y los restaurantes que frecuentamos con estos amigos están allí. La verdad es que una vez que coges el coche lo mismo te da. Pero el sábado tenía que ir yo sola con A en el coche y… 45 minutos con un bebé (si es tu hijo peor) llorando a grito pelao… no se los deseo a nadie. Como al menos el mío es imprevisible e igual se duerme todo el trayecto, que se pilla el berrinche del siglo… no me quería arriesgar a pasarme tres cuartos de hora con los nervios de punta. Les dije que si podíamos quedar en Madrid, pero más cerca de donde vivo y finalmente elegimos un Ginos de un centro comercial céntrico y yo me encargué de reservar. Porque lo de llevar un carrito también hay que avisarlo.

En serio, mis amigos no me dijeron nada, no me pusieron ninguna pega, pero yo me sentí como el culo fatal. Porque sé que ni el sitio, ni tener que pagar por el aparcamiento o tirarte las horas muertas buscando un hueco, ni la hora… entraban en sus planes. Lo hicieron por nosotros. Y sin entender muchas cosas. Porque quizá yo antes no las hubiera entendido. A ver qué más le dará veinte minutos más que menos en el coche. Pues yendo sola con un bebé que llora en el coche a menudo, me dá. A ver, qué más le da cenar que comer, si el niño es pequeño y puede ir dormido, pues… me dá.

Yo me considero súper flexible con el tema de los horarios y las rutinas, al menos de momento, pero soy consciente que quizá para estos amigos pareció lo contrario. Que soy una especialita, que la maternidad me ha convertido en una de esas madres que sólo quedan si es en un centro comercial. Y nada más lejos de la realidad. Por eso, desde que soy madre mi mentalidad ha cambiado una barbaridad respecto a otros padres.

Cuando no tenía hijos me permitía el lujo de juzgar a los padres que tomaban decisiones que a mi juicio eran absurdas. Desde los que tienen que bañar a sus hijos siempre a la misma hora hasta los que les acuestan a las doce de la noche para no tener que madrugar el fin de semana. Me hacía cruces. Ahora, aunque no hago lo mismo que ellos en muchos aspectos y no entiendo muchas cosas, pienso que detrás de cada acción hay un por qué. Y cada padre/madre hace lo que cree más conveniente para sus hijos y para ellos. No tienen por qué tener razón, pero tienen sus razones. Y tengo muy claro que hay que respetarlas, por muy incomprensibles que me resulten.

¿Y vosotr@s? ¿Os habéis sentido mal porque algunos amigos o familiares tengan que adaptarse a vuestras necesidades familiares?

Un abrazo

10 comentarios en «Los problemas logísticos de la maternidad»

  1. Yo antes de ser madre, cuando quedaba con mis amigos con hijos, siempre intentaba que fuera lo más cómodo para ellos… Y ahora que me toca a mi agradezco que también se piense en eso… Aunq la verdad, me da igual lo que piensen familiares y demás… Cada niño es diferente, y cada padre/madre actúa como cree q tiene q actuar.. Tu lo has explicado muy bien, a lo mejor sin razón, pero con sus razones y eso basta cuando eres madre…. Cualquier plan q se vaya más allá de las 8 se nos cruza por baño, cuna y demás… Y la verdad esq si no es en casa nosotros no vamos o nos los pensamos muy mucho y hacemos una plan estratégico para estar con El Niño allí a la hora, bañado y en pijama.
    Ay! Gracias por tu post!

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  2. Cuánta razón tienes, te entiendo perfectamente. yo con tres he pasado temporadas de no salir para nada. Y ahora no creas que la cosa ha cambiado. Bien es cierto que nosotros, al no ser de Madrid no tenemos a todos los amigos, pero sí muchos compañeros de promoción de mi marido. Creo que en los últimos 6 años hemos podido ir a 3 comidas. EN una de ellas mi madre estaba de visita y le dejé a los dos (el 3 no había nacido). Resulta muy difícil. Yo era de las que criticaba a los que llegaban tarde porque tenían niños («pues que salgan antes»,) Ahora me las trago como puños.
    Y es que la logística no es que cambie, es que es completamente diferente.
    Qué buenos amigos tienes, que se amoldan, y no te agobies que seguro que lo hacen encantados, porque antes de todo eres su amiga, además de madre, y eso no cambia. Un beso!

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  3. Ay, pues yo no me siento mal. Hoy por mí, mañana por ti. Cuando ellos tengan hijos lo entenderán y serás tú la que se adapte más. En mi entorno de hecho me preguntan que qué sitio y horario nos viene mejor. Supongo que habrá cosas que a los que no tienen hijos aún les extrañen, como me pasaba a mí antes, pero no me dicen nada. Jajaja.

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    • ¡¡Qué suerte!! Así deberían ser las cosas y sobre todo el no sentirme mal por algo de lo más normal, pero es que yo soy un poquito tonta con estas cosas y en cuanto veo que tienen que cambiar alguna cosa por mí… me sale el sentimiento de culpa… Tengo que cambiar el chip!! Un abrazo

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  4. Pues claro queme he sentido mal, tan mal que ya paso de modificar planes y que se adapten a nosotros. Así que si quieren que acudamos a una cita no tienen más que adaptarse a nuestros horarios, pero que sean ellos los que propongan el plan.

    Cómo cambia la cosa, yo tampoco me imaginé que cambiaría tanto!!!

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    • Actuamos igual, por lo que veo. Yo, de momento, no he dejado de ver a mucha gente, excepto a una persona. Y seguro que si le preguntas la culpa la tengo yo, claro, que soy de lo más especialita de este planeta. Pero bueno, hay que asumir que estas cosas pasan, ¿no?

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  5. La verdad es que antes de ser madre no entendía muchas actitudes de otras parejas con hijos, pero cuando lo eres tu perspectiva cambia, porque lo primero que miras es la comodidad de tu hijo, y la tuya, porque lo que les pase a ellos también a nosotras.

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  6. Entiendo esos sentimientos encontrados y supongo que el día de mañana tus amigos comprenderán y vivirán en sus propias carnes esas sensaciones que describes. Yo aún no he tenido la oportunidad de experienciarlo pero no dudo que dado el caso actuaría así. Un beso y feliz lunes!

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