Pues sí, ya estamos con la alimentación complementaria. Empezamos antes de lo previsto, ya que yo esperaba mantener la lactancia materna exclusiva hasta los seis meses, pero un par de semanas antes zampabollos hijo quiso dejar claro que era tan frutícola o más que zampabollos padre. Vamos, que a Miniñobonito se le iban los ojos con todo lo que su padre o yo misma nos llevábamos a la boca y un día decidimos darle un gajo de naranja partido por la mitad para que probara el zumito y pusiera caritas. Pero las caritas (y las lágrimas y los berridos) las puso cuando le quitamos el gajo por miedo a que lo engullera cual aspirador encendido con la máxima potencia.
Tal fue el berrinche que se llevo el pobrecico mío que probamos con otro, aunque sujetándolo con más fuerza que Hulk (aquí empecé a ver que lo del Baby Led Weaning mola, pero da miedito que te cagas) y otro día con un trozo de plátano, un poco de zumo de naranja… Y así hasta ver que a mi querido hijo… ¡lo que le echen! O sea, que en este tema poco os puedo contar porque, como veréis, en casa ha ido todo rodado.
Cual primerizos de manual, esa misma semana fuimos a El Corte Inglés a comprarle una redecilla de esas, que ya han evolucionado y son así como de tetina transparente (dan como menos repelús y son más fáciles de limpiar), pero Adrián tiene poca paciencia a la hora de comer, así que eso de chupar y chupar pa que salga na y menos no le gustó demasiado.
Así que con cinco meses y medio se nos planteó un dilema grande, grande:
1. Hacer como que la fruta nunca había existido y esperar dos semanitas a que cumpliera los seis meses, tal y como estaba previsto en mi cabeza.
2. Pasar miedo día sí y día también, pero seguir con los gajos y el zumito durante dos semanas. Después, compaginar trocitos y papillas.
3. Adelantarnos al plan establecido e ir introduciendo alguna papilla de frutas alguna tarde para ver si esa textura también le parecía bien.
Después de darle alguna que otra vuelta, optamos por la tercera opción. Por supuesto, con la teta igual que hasta entonces. Y, nada, como si hubiera comido papillas toda su vida. Una mueca de ‘¿esto qué es lo que es?’ a la primera cucharada y ya. Vamos, que el primer día se metió entre pecho y espalda un bol que me daba hasta miedo por si le dolía la tripa después o algo. Pero no, se nota que michico es de la familia: un tragaldabas. Y vayas tú a tardar un poco con la siguiente cucharada, que te hace una exposición de todos los ruiditos que sabe hacer en un periquete.
Desde entonces, hemos ido alternando frutas y texturas para ver qué le hace más gracia y qué menos; pero la investigación no ha dado ningún fruto porque parece que le gusta todo por igual. Si me pongo pijotera creo que se come mejor la papilla cuando lleva más plátano, pero no tengo claro si es por el sabor o por la textura más espesa, con la que come bastante mejor.
Lo del BLW me sigue atrayendo un montón, pero ni le veía preparado hace tres semanas, ni le veo preparado ahora. No es que yo sea una madre helicóptero que tiene miedo de todo lo nuevo que pueda hacer su hijo, de hecho nunca me hubiera imaginado tan confiada en algunas cuestiones, pero de momento… creo que es mejor esperar. Sólo he probado con pera machacadita (en cuchara) y plátano medio abierto (a bocaos) y vamos a seguir poco a poco, sin renunciar a lo establecido (iba a decir clásico, pero no quiero que nadie me pueda decir que lo clásico es lo que se ha hecho siempre y que lo que se ha hecho toda la vida es darle alimentos sin triturar, etc).
No quiero renunciar a las papillas porque disfruta mucho comiéndolas. Y ni mucho menos a la teta, que sigue siendo su alimento fundamental y muchas otras cosas más. De hecho, se ha vuelto más imprescindible que nunca: por más que hemos probado, Adrián sigue diciéndonos que los biberones (con mi leche) para nosotros. Le da igual la marca, la tetina, los dibujitos, que tenga el agujero grande o pequeño… no lo quiere. Así que, ahora que hemos entrado en faena con los purés, me da más miedo que nunca que, por hacerlo ‘malamente’, nos desregulemos todos. Pero los purés y las preocupaciones asociadas os las cuento la semana que viene en otro post. Y por qué no le hemos dado biberones (esto ya os lo imagináis) o papillas de cereales también.
Mientras tanto, contadme cómo fue vuestra primera experiencia con la alimentación complementaria. ¿Empezasteis con la fruta? ¿Les costó acostumbrarse a los nuevos alimentos? ¿Habéis probado con el BLW? ¿Qué tal os ha ido?
Para los peques de la casa, la fruta es un alimento complementario que no debe faltar en ninguna de sus rutinas. Las frutas aportan nutrientes y vitaminas muy positivas para el crecimiento de los pequeños, por eso incluirlas en su rutina de comida es una idea estupenda.
Mi ratoncita tiene 8 meses y aunque el BLW me ha llamado mucho la antención y he leido bastante no me acabo de atrever. El lunes tengo pediatra y quiero plantearselo porque la sentamos a la mesa con nosotros y babea cada vez que nos llevamos la comida a la boca.
Lo de la redecilla me da mucha grima-asco-repelus. Así que de momento descartado.
De todas formas yo soy muy prudente por miedo a que se atragante, y resulta que el otro día me la encontre chupando un pico de pan que la había dado su abuela. Ayyyyy!!
Jaja, estas abuelas… Yo la verdad es que lo que hago es alternar cosas. Por ejemplo, le doy papilla de frutas, pero algún día le doy un plátano para que vaya mordiendo. Los purés no se los doy muy muy pasaditos, también come pan, galletas… Siempre con mucho ojo, claro, pero prefiero ir metiéndole distintas texturas para que se vaya acostumbrando a todo progresivamente y no pasar de lo líquido, líquido a lo sólido directamente. Aunque también te digo que es que aquí mi amigo prefiere cualquier cosa espesa… lo clarucho… como que no le va!!! Un abrazo!!
Al pipiolillo le costó aceptar biberones pero ahora los toma sin problema: si hay teta, teta; si hay bibe, bibe; y si hay cualquier otra cosa también, porque es un tragón! jaja.
A mí lo del BWL me da bastante miedo la verdad… Por eso de momento prefiero el método tradicional.
Feliz dia!
A mí las redecilla se inventos similares me daban un asquete… Y como soy una inconsciente le di lo trozos tal cual y no ha habido atragantamiento alguno. Eso sí, ahora se me está haciendo vaga y quiere más triturados que trozos.
A mí también, la verdad… Este de silicona menos, pero igualmente es una guarrería… Ahí lo tenemos, engrosando la lista de aparatos inservibles que compramos los primerizos. Proximamente un post con los primeros productos… jajaja Bss
A mi el BLW me daba pánico, es ahora y me sigue dando pavor que se atragante, por ejemplo yo jamás le he dado todavía naranja a el solo, otras cosas si, pero naranja ayyyy me da mucho miedo.
Nosotros empezamos un poco después de los 6 meses con la fruta y así fui introduciendo todo poco a poco y en puré, hasta q el solo me pidió trocitos…todo muy natural y sin forzar y siempre la teta antes.
Me alegro que todo vaya tan bien, UBMF también lo aceptó todo muy bien.
Besosss
Da cosa la verdad, pero también me parece muy interesante que manipulen las cosas y descubran texturas por ellos mismos. Uf lo iremos viendo… de momento poquitas cosas me atrevo. Mua